¿Qué es el Galvanizado o Galvanización?

¿Qué es el Galvanizado?

La Galvanización en Caliente, o “Galvanización” como se la conoce comúnmente, es un procedimiento de aplicación de un recubrimiento de zinc sobre piezas de hierro (acero al carbono) mediante inmersión de las mismas en un baño de zinc fundido.

Para obtener buenos resultados el diseño de las piezas debe ser el adecuado y es necesario que se verifiquen ciertas condiciones, como son:

Superficie de las piezas

Control del estado superficial de las piezas a galvanizar.

Las dimensiones

Las dimensiones de las piezas deben acomodarse al tamaño del crisol de galvanización. En nuestro caso, el más grande del Sureste de España con 12,50 m. de longitud x 1,70 m. de ancho x 2,70 m. de profundidad con 400.000 Kg. de zinc fundido.

El Peso

El peso de las piezas está condicionado por los dispositivos de elevación y transporte existentes en la planta de galvanización; disponemos de la mayor capacidad de elevación del Sureste con posibilidad de galvanizar piezas de hasta 12.000 Kg.

Aceros adecuados

Utilización de aceros adecuados para galvanización.

El cumplimiento de estas condiciones depende en gran medida de los proyectistas y fabricantes de las piezas o construcciones metálicas que se vayan a galvanizar.

Las principales etapas del proceso se ilustran en el siguiente esquema:

procesos

En primer lugar se realiza la inspección del material, con objeto de clasificarlo con vistas a la programación del trabajo.

Etapas

A la derecha puede ver las distintas etapas de la galvanización.

Desengrasado

Las piezas con algún resto de grasa o aceite se someten a desengrase en una solución alcalina en caliente (70°C); después del desengrase las piezas se enjuagan en un baño de agua para evitar el arrastre de esta solución a la etapa siguiente.

Decapado

El decapado sirve para eliminar el óxido y la calamina, que son los contaminantes superficiales más corrientes de los productos férreos y obtener así una superficie de acero químicamente limpia. Se realiza con ácido clorhídrico diluido a temperatura ambiente, para lo cual disponemos de 5 cubas de 70 m3 de volumen y con capacidad para piezas de hasta 15 m. de longitud. El tiempo de decapado depende del grado de oxidación superficial de las piezas y de la concentración de la solución de ácido.

Enjuagado

Después del desengrasado y decapado las piezas se enjuagan en un baño de agua para evitar el arrastre de restos de ácido a las siguientes etapas del proceso.

Fluxado

El fluxado o tratamiento con sales (mezclas de cloruro de zinc y cloruro amónico), tiene por objeto eliminar cualquier resto de impurezas y producir una limpieza intensa de la superficie metálica. Estas sales actúan como los “flux’ en soldadura, esto es, favorecen la mojabilidad de la superficie del acero por el zinc fundido. Estas sales se aplican por inmersión de las piezas en una solución acuosa de las mismas.

Secado

Las piezas tratadas en la etapa anterior son secadas antes de su introducción en el baño de zinc para evitar restos de soluciones acuosas y precalentar las piezas a tratar, facilitando así el proceso de aleación zinc – hierro.

Galvanización

La operación de galvanización propiamente dicha se realiza sumergiendo las piezas en el crisol con zinc fundido, a temperatura comprendida entre 440°C y 460°C. La calidad del zinc empleado es del 99,995% de pureza.

Durante la inmersión de las piezas en el zinc fundido se produce la difusión del zinc en la superficie del acero, lo que da lugar a la formación de diferentes capas de aleaciones zinc – hierro de distinta composición. Cuando las piezas se extraen del baño de galvanización, estas aleaciones quedan recubiertas de una capa externa de zinc de composición similar a la del zinc del baño.

 

El tiempo durante el que las piezas deben estar sumergidas en el baño de zinc, para obtener un recubrimiento galvanizado correcto, depende, entre otros factores, de la composición del acero, de la temperatura del baño de zinc y del espesor del acero de las piezas. En cualquier caso, las piezas deben estar sumergidas en el zinc hasta que alcance la temperatura del baño. Antes de extraer las piezas del baño de galvanización es necesario retirar de la superficie del mismo la fina capa de óxidos de zinc que se forma y que también contiene restos de sales, con objeto de que no se adhieran a la superficie de las piezas y produzcan imperfecciones superficiales en el recubrimiento.

 

Enfriamiento e inspección.

Una vez fuera del baño de galvanización las piezas se dejan enfriar al aire. A continuación se repasan para eliminar rebabas, gotas punzantes y adherencias superficiales de cenizas o restos de sales y, finalmente, se someten a inspección. Los recubrimientos galvanizados sobre artículos diversos deben cumplir una serie de requerimientos sobre aspecto superficial, adherencia y espesor que vienen especificados en las normas nacionales e internacionales. La norma nacional o internacional actualmente aplicable es la UNE-EN ISO 1461. Por último las piezas se pesan, ya que el peso de las mismas, una vez galvanizadas, es el criterio utilizado normalmente para la facturación.

 

Pasivado (opcional, tras el proceso).

A requerimiento del cliente, las piezas pueden ser pasivadas tras su galvanización. Este tratamiento adicional evita las manchas por almacenamiento húmedo (depósitos de óxido de zinc de color blanco que afectan a la estética del producto pero no a su vida en servicio) en aquellas piezas que durante su transporte se prevea ambientes con alta humedad y escasa aireación, como ocurre en los transportes marítimos de larga distancia, o en el caso de apilamientos prolongados en intemperie.

 

Granallado · Chorreado abrasivo (opcional, previo al proceso).

Opcionalmente, los materiales con pintura, lacas, barnices, fuerte corrosión, cementos, resinas,… que posteriormente vayan a ser galvanizados, o que sólo se pretendan limpiar para otros usos, pueden ser granallados para dejar su superficie exenta de contaminantes.
Esta operación consiste en proyectar partículas abrasivas de acero sobre la superficie del material a limpiar propulsadas por aire comprimido a alta presión; para esta operación disponemos de una cabina de granallado de 15 m. de longitud x 4,50 m. de anchura x 5 m. de altura con puente grúa de 5.000 Kg.

 

Resultado.

El resultado final es un recubrimiento versátil y duradero que proporciona una protección muy eficaz frente a la corrosión en una amplia variedad de medios, que permite ser pintado, soldado, mecanizado,… y cuya relación costo – protección es inmejorable. El espesor de los recubrimientos galvanizados es uno de los criterios fundamentales para establecer la calidad de los mismos. Se expresa normalmente en micrómetros (µm), aunque también puede hacerse en g/m² (masa de recubrimiento por metro cuadrado de superficie del mismo). En la norma UNE-EN ISO 1461 se especifican los valores mínimos admisibles del espesor de los recubrimientos galvanizados en función del espesor del material de base.